miércoles, 13 de agosto de 2014

Nelson Castro en la banquina.

      "No olvidar nunca un buen gesto, ni un agravio"

                                           
                                 


Y como usted me agravió, acá estamos, factura en mano.
¿Sabe?
Hace dieciocho años, por ahí no le prestaba atención a algunas cosas.
Me bastaba con la convicción de hacer lo correcto y la conciencia limpia.Yo creía muy seriamente en eso.La vida, de a poco, me fué mostrando que no alcanza.
Atribuyo esto a lo que llamo "mi formación Billiken".
Es un fenómeno cultural de mi generación.
Somos la generación del Billiken, la tele monocromática, el cine, y las historietas gráficas.Crecimos consumiendo esas expresiones, que en gran medida nos formaron.
Después, ya mas grandecitos, hasta los caminos que intelectualmente tomamos, tuvieron claramente la impronta cultural decripta.
Un bueno, un malo, un acto injusto y el bueno que finalmente pone las cosas en su lugar.
Sin pretender hacer un análisis sociológico, diré que mi generación se masacró alegremente, en ese espíritu justiciero.
Cuando era pibe, y me apasionaba por nuestra historia, me preguntaba mas de una vez, porque no se había hecho esto o aquello.¿Porque los protagonistas no hacían lo correcto y ya?
Infanti, ¿Verdad?
Cuesta crecer y a veces duele.
Como aquella tarde en que usted se comportó como un energumeno.
Ubiquemonos en tiempo y espacio.
En medio de hechos gravísimos, que conmocionan a la sociedad, simplemente, lo que hice fué advertir a la sociedad de forma pública, que estructuras mafiosas, operaban al amparo del estado.
Y no me quedé en la declaración sino que aporté los elementos que así lo demostraban.
Esas pruebas, parece que no le ineteresaron a usted.
Usted prefirió el amarillismo berreta.
Veamos.
El 12 de Abril de 1996, tuve una entrevista en la localidad de Quilmes, con la gente de América.
Conocía al notero por un hecho anterior, pero el imbécil no me recordaba.
Esa noche, expliqé lo que pasaba, y lo hice como todo en la vida, de frente y a cara descubierta.
La nota se inscribía en un proceso de difusión que discutimos claramente y que estos sujetos acordaron respetar.
Jamás cumplieron.
Apenas terminada la nota, violando lo pautado, un motoquero llevó el video y esa noche, apenas una hora después, Horacio Embón lanzó la nota al aire en primicia.
En esta actitud miserable, nadie pensó en mi seguridad, y ni que hablar de observar mínimas pautas éticas.
Empujado al centro del ruedo por estos hechos aberrantes protagonizados por ustedes, pero en la firma convicción de que la verdad algún valor tiene, no tuve problemas en responder todas las preguntas que me hicieran, que....nunca llegaron.
Es increíble, el grado de berretismo e ignorancia que desplegó el periodiscmo local.
Todo el mundo se enganchaba en lo fenoménico, en lo anecdótico.
Yo les contaba la existencia de asociaciones ilícitas, enquistadas en el estado, la comisión de delitos gravísimos, que incluían varios homicidios calificados, todo de conocimiento del gobierno y jueces, y recibía como respuesta preguntas absolutamente superficiales oreintadas a lo anecdótico.
Pero los prouductores y noteros de América fueron mas allá.
No solo incumplieron las pautas de las que le publico un facsimilar, sino que además por razones mas que explicables perpetraron una operación de prensa vergonzosa en la que usted, sorprendentemente puso la cara.

El delincuente Dentice, envió a un notero a operar una nota que luego usted difunbiría.
La "nota", consistía en la aparición de un personaje de espaldas, que sencillamente se dedicaba a insultarme alegremente desde el anonimato.
¿Pero que lleva a alguien a hacer eso?
¿Cual es la conexión entre lo que denuncio, América, Nelson Castro y el difamador?
Nelson Castro trabajaba en aquellos años para el multimedios de Eduardo Eurnekian, y el hombre tenía negocios pendientes con el menemismo.De hecho, tuve el dudoso honor de que el delincuente e infame traidor a la Patria Carlos Saúl Menem me atacara en un comentario al interrumpir una partida de golf.
Así que Pelacci, movió los hilos, y el infame Dentice armó la operación de prensa.
La nota se realizó en Wilde, en la casa del comisario Buján de la PFA.
Acá le dejo una foto de frente del delincuente Juan Kulakowski, el que usted mostró de espaldas.
Usted, miramdomé a los ojos, me pidió que responda a una espalda que expresaba afirmaciones de verdulería.
Lamentable lo suyo.
Lo que usted no juzgó interesante fué el homicidio de una nena inocente, la ejecución de un detenido, o la mutilación de un funcionario inocente en el marco de atentados de intimidación pública de características terroristas.
Tampoco le interesó a usted, que miembros de PFA, constituyan esas bandas terroristas y que en buena medida las monitoreen, implementen y operen con fines inexcusables.
No.
Usted prefirió la movida artera, vil, burda, y desentendiendose de lo trascendente, prefirio lo amarillo, aportando a los negocios de su jefe con el delincuente Pelacci que pasó a ser el empleado de Eurnekian en Aeropuertos 2000, otro negocito con Menem.

EN REDACCIÓN INCOMPLETA.